Una llamativa pared a rayas

• un color base de tu elección (recomendamos un tono neutro);

• los colores que elijas para crear el efecto a rayas;

• una brocha de tamaño medio;

• un trozo de cuerda;

• una tiza.

Aplica dos capas de la pintura base que hayas elegido. Así obtendrás un magnífico lienzo sobre el que trabajar.

Marca el ancho del diseño con una tiza; serán los puntos donde quieras que empiece y acabe el diseño a rayas en la pared. Tú eliges el tamaño; nosotros hemos utilizado el ancho de la cama como base para nuestro diseño.

Marca estos dos puntos horizontales en la pared con la tiza (recomendamos que uses el mismo color que uno de los colores elegidos porque será más fácil pintar por encima).

Ahora viene el truco. Una vez que hayas marcado los dos puntos horizontales, mide la cuerda suficiente para que cubra la distancia entre estas marcas en la pared. Recorre con tiza el largo de la cuerda y después sujeta cada extremo con cinta adhesiva a los puntos de la pared.

Pégale un buen tirón a la cuerda; verás que queda la marca de la tiza a lo largo de la pared. Es como una especie de falsilla que podrás seguir para que te resulte más fácil pintar.

Repite los pasos de dos a cinco para crear líneas de tiza en intervalos de 50 cm en la pared hasta que el diseño tenga el tamaño deseado.

¡Ya puedes comenzar a pintar! Pon poca pintura en la brocha y pinta con trazos largos y amplios siguiendo las marcas que has hecho. No hace falta que le des con fuerza ya que la idea es obtener un efecto bonito y tenue.

Puedes añadir tantos colores como quieras y utilizar brochas de diferentes tamaños para crear rayas de varias anchuras. La única norma es mantener las líneas horizontales.