Cómo pintar un círculo que sirva de marco

Un círculo que destaque pondrá de relieve cualquier imperfección, así que antes de empezar comprueba que las paredes no tengan ninguna grieta o irregularidades. En caso de que las hubiera, repáralas con masilla y deja que seque.

Si ya ha pasado algún tiempo desde que pintaste la pared en la que vas a poner el círculo, asegúrate de que no esté sucia ni tenga grasa, sobre todo si se trata de una cocina. Limpia las superficies con jabón sódico o con un producto de limpieza suave.

Para el siguiente paso, necesitarás una cuerda, una cinta métrica, cinta de enmascarar o una chincheta, un lápiz y unas tijeras.

Determina qué tamaño de círculo quieres; ten en cuenta cómo quedará como telón de fondo para tu accesorio. Calcula el radio (la distancia desde el centro hasta el borde). Corta un trozo de cuerda de la longitud del radio y haz un lazo en uno de los extremos; asegúrate de que dejas suficiente cuerda extra para el lazo o tu círculo quedará más pequeño de lo que habías calculado. A continuación, pega o clava el otro extremo de la cuerda al centro del círculo.

Ahora viene el truco. Mete el lápiz dentro del lazo, tensa la cuerda y con pulso firme dibuja un círculo alrededor del punto central. Si cometes un fallo, no te preocupes, puedes borrarlo y comenzar de nuevo.

Aplica el color que hayas elegido para destacar con una brocha pequeña y pinta el borde dentro del círculo procurando que no sobrepase la línea de lápiz. Si pintas por encima sin querer, limpia cualquier error o gota con un paño húmedo cuando la pintura aún esté mojada; cuanto antes mejor.

Rellena el resto del círculo siguiendo su forma en pinceladas circulares. Si el círculo es grande, puedes usar un rodillo para esta parte.

Consulta el tiempo de secado en la lata de pintura y, cuando la primera capa esté seca, aplica la segunda con la misma técnica. Aplica una tercera capa en caso de que el color sea oscuro. Ya puedes dar un paso atrás y contemplar tu obra de arte.