- En primer lugar, quita todos los tiradores y pomos y lija suavemente con un papel de lija de grano medio para que la pintura se adhiera mejor. Pasa un paño húmedo y deja que seque.
2. Pinta el mueble con una base para madera o para diferentes superficies (utiliza una base para diferentes superficies si vas a pintar encima de otra pintura). Deja que seque y a continuación lija suavemente con un papel de lija de grano fino. Pasa un trapo húmedo para quitar el polvo.
- Para evitar que la brocha deje marcas, utiliza una de calidad (7,5 cm es suficiente para la mayor parte de los trabajos) o un pequeño rodillo de pintura. Para los pequeños detalles, utiliza una brocha de 2,5 cm. Necesitarás de 2 a 3 capas para que la cobertura sea uniforme.
5. Cuando la pintura esté seca, lija con suavidad, elimina el polvo con un paño húmedo y contempla la maravilla que has creado.